La fe que desafía

¡Bendiciones!

Don Benjamín, lo logró, ¡es un varón! Le informó una enfermera a los pocos minutos de haberse realizado el sueño preciado de este hombre de tener un hijo varón.

Aunque amaba a sus dos hijas, tener un niño le ilusionaba profundamente. Lleno de emoción, don Benjamín salió a buscar tabaco para repartir entre los que esperaban en la sala del hospital.

“Siento decirle que esto no es momento de celebración, Sr. Quintana”, expresó el médico. El niño tan esperado había nacido con una condición terminal que consistía en la acumulación de agua en los pulmones.

Don Benjamín era una persona de fe por naturaleza y había vivido una serie de experiencias antes de este evento que  habían fortalecido más su fe. Su reacción inmediata y primer pensamiento fue: “Mi hijo va a estar bien. Lo sé”. El médico, al saber que el bebé no sobreviviría, respondió al padre emocionado diciendo: “No se haga ilusiones. De cada diez niños que nacen con esta condición, nueve mueren y solo uno sobrevive”. El padre respondió con certeza: “Ese uno es mi hijo”.

Don Benjamín y su esposa afirmaron estas palabras en oración con profunda fe, esperando que su amado hijo se salvara milagrosamente. Desafiando las estadísticas y la autoridad medica de la época, el niño sobrevivió.

La historia de Benjamín es la historia de muchos que han podido elevarse de sus circunstancias y permitir que la fe les abra posibilidades que parecen inexistentes desde la conciencia humana.

Este fue el caso de la cofundadora de Unity, Myrtle Fillmore, quien como don Benjamín no aceptó el diagnóstico médico como la única posibilidad.

Es un hecho que, en ocasiones, la medicina no ha sido capaz de curar ciertas condiciones, pero más tarde ha encontrado formas de controlarlas.  En la actualidad, tanto la enfermedad de Benjamín Jr. como la de Myrtle, quien fue diagnosticada con tuberculosis, son tratables y curables.  Al enfrentar situaciones de enfermedad, es importante mantener elevada nuestra conciencia.

En sus inicios, el movimiento Unity se hizo muy popular gracias a sus herramientas prácticas de sanación. En esa época el nivel de sofisticación de la medicina no se comparaba con el que disfrutamos en la actualidad.

El cofundador de Unity, Charles Fillmore, nos dice en La Palabra Reveladora, que fe es la “seguridad espiritual; el poder de hacer lo aparentemente imposible”.

El poder de la fe

La fe, que es uno de nuestros 12 poderes, es la llave que infunde poder verdadero a nuestras oraciones. En reiteradas oportunidades, luego de sanar a quienes se lo solicitaban, Jesús les dijo: “Por tu fe has sido sanado” o “Tu fe te ha salvado” (Marcos 5:34; 10:52: Lucas 17:19).

Las experiencias de fe, no solo nos bendicen con la manifestación de lo que deseamos, sino que también nos elevan a un nivel superior de conciencia, y nos brindan una visión de la Verdad que nos permite abrir puertas que la consciencia colectiva insiste que están cerradas. Esto nos permite avanzar en el camino de la fe y seguir abriendo nuevas posibilidades.

Después de algunos años, Benjamín Jr. enfrentó nuevos desafíos en su desarrollo, cuando a los seis años comenzó a cojear y a tropezar con frecuencia, evidenciando que una de sus piernas no crecía al mismo ritmo que la otra. Sus padres visitaron varios ortopedistas en busca de una explicación y tratamiento, pero todos coincidieron en que el niño tenía una condición en la cadera que no tenía cura.

El último médico que atendió al niño y sus padres les habló de manera poco compasiva y les dijo: “Este niño debe permanecer en cama durante tres años y olvidarse de cualquier deporte que quiera practicar”. Estas palabras impactaron más a los padres quienes vieron esto como un acto cruel del médico al hablar así frente al niño. Una vez más, parecía que la vida les negaba la posibilidad de ver a su hijo crecer y de convertirse en un jugador de las grandes ligas de béisbol de Estados Unidos, el sueño que don Benjamín albergaba desde antes que naciera su hijo.

Una vez más, el padre desafió la autoridad médica reclamando y diciendo: “Usted no es Dios y, por lo tanto, no tiene la última palabra. Mi hijo va a caminar y en un año jugará béisbol”.

Camina por fe, no por vista

Este padre una vez más caminaba por fe y no por vista, tal como se nos dice en la escritura. Ya había transitado por este camino cuando su hijo fue desahuciado a días de nacer. Él y su esposa oraron reconociendo que no hay límites ni imposibles para Dios.

Una amiga de la familia que había padecido de poliomielitis en la década de los 50’s, los conectó con médicos de vanguardia del Boston Children’s Hospital. Siguiendo su recomendación, llevaron a su hijo al hospital donde recibieron el mismo diagnóstico que en otros lugares, pero se les informó que había cirugías experimentales que podrían realizarle, ya que estaba dando buenos resultados en algunos casos. ¿Qué sucedió? Un año después, Benjamín Jr. entraba al campo de béisbol vestido como tal y jugando con sus amigos, como su papá lo había declarado un año atrás.

La fe es la que activa nuestro bien. Abre posibilidades que esperan ser reclamadas por una consciencia que reconoce que “es el placer del Padre darnos el reino”. La vida nos brinda constantes oportunidades para poner en práctica esta verdad. Mientras más lo practiquemos y lo incorporemos a nuestro sistema de creencias, más vamos a desafiar lo que las “autoridades del mundo” nos dicen una y otra vez.

Años después, un consejero escolar dijo a don Benjamín y a su esposa que no debían tener esperanzas de que su hijo pudiera asistir a la universidad debido a sus problemas de aprendizaje. El consejero les dijo: “saquen eso de su mente, su hijo nunca podrá ir a la universidad”. Sin embargo, esa situación les brindó una nueva oportunidad de ver la “realidad” a través de los ojos de la fe. La fe de ellos desafió nuevamente la autoridad del mundo al reconocer que hay niveles superiores a los de los hombres y sus sistemas. ¿Puedes imaginar cuál fue el resultado?

Debido a su talento en el béisbol, Benjamín Jr. fue aceptado en Jacksonville University, donde se graduó en Administración de Empresas. La fe que abrió el camino para salvarle la vida y hacer que su cadera funcionara lo suficiente para no solo practicar el deporte que padre e hijo amaban, sino también destacarse en él, le permitió enfrentar el nuevo desafío de asistir a la universidad.  En todo esto podemos ver no solo el poder de la fe en acción sino el poder del orden que teje todo junto en un hermoso desenlace que valida de una forma poderosa la benevolencia divina.

Recientemente, don Benjamín hizo su transición en paz a sus 92 años rodeado de su familia, dejando un verdadero legado espiritual a través de su fe inquebrantable en El Grande, como él llamaba a Dios.

Don Benjamín fue mi padre, mi primer mentor espiritual, y gracias a él inicié mi camino en Unity. Haber vivido esta experiencia desde mi posición de hija y hermana mayor fue vital para mi formación como ministra de Unity. Su fe se ha perpetuado en mí y es mi deseo que continúe viva en aquellos a los que sirvo.

Por tanto, les digo: Todo lo que pidan en oración, crean que lo recibirán, y se les concederá. —Marcos 11:24

Rev. Ana Quintana