El Universo Equilibrado
Por RevAna Quintana
Una amiga de la niñez me había enviado un texto diciéndome que había tenido un mal día. Cuando en días posteriores hablamos, ella compartió conmigo la esencia de su angustia. Su ex-esposo le acababa de dar a entender que lo que habían sido acordado en los términos de su divorcio no necesariamente los iba a poder cumplir a cabalidad. Luego de muchos años de matrimonio, esta relación culminó en relativa paz y buena voluntad. No obstante, al quedarse sin trabajo y contemplar sus actuales circunstancias, hizo a este hombre a cambiar de actitud. La reacción en ella fue de ansiedad, dolor y desolación amargándole el día en que me texteó.
“¿Qué es lo que más te afecta? “Le pregunté y a lo que ella me contestó “El que haya cambiado su actitud y no cumpla”. Mi respuesta fue decirle que cuando no reaccionamos en rectitud y con compasión significa que el miedo ha tomando poseción. “Tú tienes la opción”, seguidamente le dije “de reaccionar en esa misma vibración o de elevarte a través del silencio y la oración y ver que más allá de cuadrar una cuenta y de asegurarte unos bienes materiales hay una gran lección espiritual”
Eso es lo que toda circunstancia humana tiene consigo; la oportunidad de aprender algo sobre nosotros y la vida misma. “Si pierdes la casa de playa que tanto amas, qué pasa” le plantée “pregúntate por qué te da tanta paz el pasar tiempo en ella”. ¿Qué está diciendo esto de ti misma; que necesitas algo afuera que me dé paz y bienestar? Naturalmente le dije “Reflexiona sobre eso y quizás descubras que cuando hacemos de algo afuera el objeto de nuestra paz nunca la vamos a mantener pues nada afuera es permanente”
El descubrir esto puede ser uno de los más grandes regalos que él le deje a mi amiga. Esto no quiere decir que deba perder la casa que por acuerdo de justicia le toca a ella. No obstante, al contemplar la posibilidad de no retenerla y ver la ansiedad que le causa a ella es maravillosa oportunidad para verse más profundamente. Al reconocer que el bienestar y la paz no están en una casa de playa pero en algo mayor, puede ser lo que le ayude a desapegarse no solo bajando la ansiedad y más sino también a ponerse en mejor posición para recibirla.
Culminé la conversación diciéndole que el universo busca siempre mantenerse en balance. Mi amiga ha sido siempre muy generosa y dada, sobre todo en los años en que estuvo casada. Eso está a su favor. Cuando se ha dado mucho y la balanza está “fuera de equilibrio”, el universo nivela devolviéndole a uno en la misma escala regresando al equilibrio.
En mi corazón sentí decirle: “Confía querida amiga que la ley divina del dar y recibir te cobija. Nada podrá prevenir que el universo te bendiga con lo que es tuyo por derecho divino, casa de playa o no.” Debemos recordar de que al sostenernos en la verdad de que nuestra paz viene de adentro, podemos liberarnos de la ansiedad y entregarnos a la bendición que toda circunstancia humana tiene cuando nos elevamos en conciencia. Nada nos separa de nuestro bien es el mensaje para mi amiga del alma y para ti viajante y compañero del camino..